Polo Polo fue uno de los comediantes más importantes de México en las décadas de los 80 y 90, convirtiéndose en un referente para las nuevas generaciones de comediantes mexicanos. Gracias a sus rutinas caracterizadas por referencias de doble sentido, albures y lenguaje explícito, presentadas como supuestas anécdotas personales, se convirtió en un pionero en la comedia.
En este contexto, varios standoperos y comediantes han expresado su admiración por Polo Polo, siendo el comediante regiomontano Franco Escamilla quien se ha autodenominado como el fan número uno de Leopoldo Roberto García, nombre real del comediante.
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Es por eso que el también conocido como "Lobo López" habla con entusiasmo de Polo Polo en cada entrevista que concede, como la reciente, donde habló sobre sus primeros acercamientos a la comedia.
Durante una entrevista con el periodista Yordi Rosado, Franco Escamilla relató que desde su infancia sentía una gran admiración por Polo Polo. Sin embargo, debido a la temática de los chistes del oriundo de León, Guanajuato, sus padres no le permitían verlo.
"El primer casete de Polo Polo que escuché fue porque mi papá lo estaba reproduciendo en su estudio, y yo a veces me ponía cerca de la pared aguantándome la risa para que no se dieran cuenta de que lo estaba escuchando", comenzó explicando Franco.
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El standupero comentó que cuando era niño intentaba que sus padres no se dieran cuenta de que escuchaba los chistes de Polo Polo. Sin embargo, al crecer, les insistió en que le permitieran escuchar al comediante, siempre y cuando mantuviera buenas calificaciones en la escuela.
"Cuando finalmente mis padres me dieron permiso de escuchar a Polo Polo, fue porque les rogué muchísimo. La condición era 'si tu promedio baja un punto, adiós Polo Polo; si hay quejas en la escuela, si dices una grosería', esas eran las condiciones", relató.