En las primeras horas del 20 de marzo de 2024, la trágica noticia del fallecimiento de Elena Larrea, fundadora de Cuacolandia, sacudió a sus seguidores y defensores de los animales. Reconocida por su dedicación al cuidado de caballos, habría perdido la vida tras someterse a una cirugía estética, según informes preliminares. Ante esta lamentable pérdida, surge la pregunta: ¿Qué será del santuario y sus habitantes equinos?
La confirmación del deceso de la joven de 30 años fue comunicada por sus familiares y grupos defensores de animales, quienes reconocieron su incansable esfuerzo por el bienestar animal y la conservación de la naturaleza.
¿Qué sucederá con los caballos de Cuacolandia?
En cuanto al destino de los caballos de Cuacolandia, aunque el motivo exacto de la muerte de la fundadora no ha sido oficialmente declarado, se especula que podría estar relacionado con una trombosis derivada de la cirugía estética. Ante esto, el gobernador del Estado de Puebla, Sergio Salomón aseguró que se continuará velando por el cuidado de los animales:
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"Informamos que a través de la Secretaría de Medio Ambiente, garantizaremos el resguardo de los ejemplares que se encuentran en Cuacolandia, derivados de procedimientos del Instituto de Bienestar Animal".
¿Cuál era el plan a futuro de Coacolandia?
Por otro lado, Elena Larrea había expresado previamente su deseo de expandir Cuacolandia a otras ciudades como Guadalajara y Monterrey, dependiendo de recursos económicos: "Todo depende de la economía. Ojalá el otro año me haga multimillonaria y me pueda expandir a otros estados para que sea más fácil el rescate y rehabilitación en otros estados", mencionó en una entrevista.
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A pesar de que este centro de rescate se encuentra en Atlixco, Puebla, no era propiedad privada de la creadora de contenido, sino que la instalación estaba alquilada. El costo mensual del arrendamiento oscilaba entre 150 mil y 250 mil pesos, por lo que la también actriz había incursionado a la plataforma azul para recaudar fondos.
El terreno abarcaba alrededor de 50 hectáreas y servía como hogar para caballos fracturados, donde recibían atención y cuidado para su recuperación y bienestar.
Tras su fallecimiento, surge la incertidumbre sobre cómo continuará el alquiler del lugar. Sin embargo, los seguidores y amigos esperan que las autoridades estatales o la comunidad puedan intervenir para asegurar un futuro estable para los caballos, ya sea adquiriendo un terreno propio o gestionando los costos de alquiler.
A pesar de los desafíos futuros, los seguidores de Elena Larrea están comprometidos a preservar su legado y asegurar que los caballos de Cuacolandia continúen recibiendo el cuidado y la atención que merecen. Su misión perdurará en el corazón de quienes comparten su pasión por los animales.