El síndrome de Guillain-Barré es un trastorno poco común en el que el sistema inmunitario del cuerpo ataca los nervios, afectando tanto a los que controlan los movimientos musculares como a los que transmiten sensaciones de dolor, temperatura y tacto.
Aunque puede manifestarse en personas de todas las edades, es más frecuente en adultos y en hombres. Los síntomas pueden propagarse rápidamente, llevando eventualmente a la parálisis total del cuerpo. La variante más severa se considera una emergencia médica, requiriendo hospitalización para su tratamiento.
¿Cuáles son los primeros síntomas del Síndrome de Guillain-Barré?
Aunque la causa exacta del síndrome de Guillain-Barré no se conoce, aproximadamente dos tercios de los pacientes reportan haber tenido síntomas de infección en las seis semanas previas, incluyendo infecciones respiratorias o gastrointestinales, así como el virus del Zika o infección por COVID-19.
Los primeros signos incluyen debilidad o sensaciones de hormigueo, usualmente comenzando en las piernas y extendiéndose a los brazos y la cara. En casos graves, puede provocar parálisis en estas áreas, incluyendo los músculos respiratorios, lo que representa un riesgo potencialmente mortal.
A pesar de la gravedad, la mayoría de los pacientes se recuperan completamente, aunque algunos pueden experimentar debilidad residual. Sin embargo, en casos infrecuentes, las complicaciones pueden ser fatales, como la parálisis respiratoria, sepsis, trombosis pulmonar o paro cardíaco.
¿Cuál es el tratamiento del Síndrome de Guillain-Barré?
Aunque no existe una cura conocida, varios tratamientos pueden aliviar los síntomas y reducir la duración de la enfermedad. La monitorización cercana y medidas de apoyo, como la administración de respiradores en casos de dificultad respiratoria, son fundamentales durante la hospitalización. La terapia inmunológica, como la plasmaféresis o inmunoglobulinas intravenosas, se utiliza en la fase aguda para eliminar los anticuerpos y puede ser más efectiva cuando se administra tempranamente.
Además, la rehabilitación puede ser necesaria para recuperar la fuerza muscular y el movimiento en casos de debilidad persistente después de la fase aguda.