Las monedas de oro conocidas como “peluconas” fueron acuñadas en México durante la época colonial y hoy en día pueden alcanzar valores sorprendentes en el mercado numismático.
Características
Las monedas de oro conocidas como “peluconas” fueron acuñadas en México entre 1732 y 1759, durante la época colonial. Estas monedas se caracterizan por tener las efigies de los monarcas europeos, como Felipe V, Fernando VI y Carlos III, quienes lucían grandes pelucas, de ahí su nombre.
Las peluconas eran utilizadas en grandes transacciones y como reserva de valor debido a su alta pureza y prestigio internacional.
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Estas monedas seguían el estilo francés de la época y eran una manifestación del absolutismo. En el anverso de las peluconas aparecían las figuras de los monarcas, mientras que el reverso mostraba los escudos. Fueron acuñadas principalmente en la Casa de Moneda de México, la primera del continente americano, establecida en 1535. Las denominaciones más comunes eran los escudos y los doblones, y su valor dependía de su pureza y peso.
Muy valiosas hoy
Con la independencia de México en 1821, la producción de estas monedas continuó, pero con nuevos diseños y motivos nacionales. Sin embargo, las peluconas originales son muy valoradas hoy en día por coleccionistas y numismáticos debido a su historia y relevancia económica y cultural.
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Estas monedas pueden alcanzar precios desde unos pocos miles de dólares hasta decenas de miles de dólares en subastas especializadas.
El valor de una pelucona de oro original varía considerablemente según factores como su estado de conservación, rareza, año de acuñación y demanda en el mercado numismático. En algunos casos, estas monedas pueden llegar a valer hasta 1 millón de pesos mexicanos.
La frase “no te vayan a despelucar” se originó en esta época, refiriéndose a la pérdida de estas valiosas monedas.