Estamos en pleno verano en México, y con él, ha llegado la temporada de colibríes, esas pequeñas y coloridas aves que no sólo embellecen nuestros jardines, sino que también juegan un papel crucial en el ecosistema mediante la polinización. Para quienes desean que su patio o jardín se inunde con la presencia de estos vibrantes visitantes, aquí te ofrecemos algunos consejos esenciales.
Los colibríes, conocidos también como "picaflores", se guían principalmente por la vista más que por el olfato. Por ello, la elección del color en tu jardín es fundamental. Entre los tonos que más atraen a estas aves están el rojo, amarillo, naranja y morado. Por ejemplo, la lavanda no solo tiene un color atractivo para los colibríes, sino que además desprende un aroma agradable para los humanos y ahuyenta plagas como las cucarachas.
Además de su atractivo visual, la lavanda es una planta que requiere cuidados específicos: necesita sol directo durante al menos seis horas al día, riego moderado y un buen drenaje para evitar encharcamientos que podrían dañar sus raíces. "La lavanda puede alcanzar el metro y medio de altura, y con los cuidados adecuados, se convertirá en un imán para los colibríes", aseguran expertos en jardinería.
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Características de las flores que atraen colibríes
No todas las flores producen el néctar de calidad que los colibríes necesitan para su alimentación. Por eso, es importante elegir flores tubulares, que permiten a estas aves insertar su pico y extraer el néctar. Algunas de las flores recomendadas son los aretillos, el camarón, el mirto, el muicle, y el toronjil silvestre. Estas plantas no sólo ofrecen el néctar necesario, sino que también florecen en distintas épocas del año, garantizando alimento continuo para los colibríes.
"Los colibríes son esenciales para la polinización y la producción de oxígeno. Tener un jardín con muchas flores no solo los atrae, sino que también contribuye al equilibrio del ecosistema", comenta un biólogo especializado en aves. En México, existen más de 17 especies de colibríes, de las cuales algunas están en peligro de extinción debido a la caza y la destrucción de su hábitat. Por ello, crear jardines amigables para estas aves es una forma de contribuir a su conservación.