Al momento de hablar de salud, son muchas las creencias que giran alrededor de las costumbres que tenemos. Para mantener un buen estado y sobre todo cuando se avanza en edad, hay muchas ideas que afectan lo que hacemos y las consecuencias de lo que hacemos. Sobre todo, si de alimentación estamos hablando.
Una de las frases e ideas que más se ha extendido acerca de las buenas costumbres al momento de la alimentación nos dice que “una copita de vino” al momento de cenar o almorzar es bueno para la salud. Sin embargo, estudios recientes han puesto en debate esta creencia.
Una copita ¿si o no?
Desde la Universidad de Victoria de Canadá, el doctor Tim Stockwell ha revisado los estudios que afirmaban que las personas que tenían un consumo diario de alcohol pequeño o moderado, generaban condiciones para una mejor salud. Esto es así, según el experto, porque las investigaciones tenían problemas metodológicos importantes. Es decir, no tomaban en cuenta muchos aspectos que hacían que a la investigación le faltara información fundamental que lleve a sacar esas conclusiones.
Los pasos que se siguieron en esas investigaciones fueron los de medir a la gente que tenía un consumo moderado sin tener en cuenta cómo había sido su consumo anterior. No se había investigado si esa persona anteriormente había tenido un gran consumo de alcohol o no.
Las nuevas investigaciones, en cambio, ponen sobre la mesa la comparación con personas abstemias y con consumidores diarios, aunque sea moderado. Arrojando la conclusión de que no necesariamente las personas que consumen poco alcohol tienen una mejor salud. Al contrario, pueden desarrollar algunas enfermedades al corazón e incluso cáncer.
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La salud, un tema complejo
Si bien la creencia del consumo moderado ha sido refutada, hay algunas instituciones de EEUU que no han sido tan determinantes con este tema, al afirmar que “un consumo moderado es mejor que un alto consumo de alcohol”. Teniendo en cuenta las consecuencias de los excesos que esta sustancia puede causar en las personas.
Pero la buena salud no puede determinarse sólo por una costumbre. Son muchos los factores que hacen a la buena salud y, por lo tanto, a la buena vida. No es lo mismo un consumo moderado de alcohol, una alimentación cargada de grasas y una vida sedentaria, a lo mismo con una vida plena de alimentación equilibrada y ejercicio físico.