El debate es viejo y se repite después de cada reunión, muchas personas sienten que el vino da más cruda que la cerveza. No es solo una sensación. La explicación está en su composición, en cómo el cuerpo procesa el alcohol y en ciertos elementos que hacen que la resaca de vino sea más fuerte y rápida.
¿Por qué el vino da más cruda que la cerveza?
El vino, sobre todo el tinto, tiene una combinación que lo vuelve más agresivo para el organismo. Aunque ambas bebidas contienen etanol, el tipo de alcohol que provoca la cruda, el vino suma otras sustancias que intensifican los síntomas. Por eso, incluso con menos cantidad, el dolor de cabeza, el cansancio y las náuseas pueden sentirse antes que con la cerveza.
En comparación, la cerveza suele tener menos alcohol por volumen y más agua. Esa diferencia hace que el cuerpo se deshidrate menos y procese el alcohol de forma más lenta, lo que reduce la intensidad de la resaca en muchas personas.
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Diferencia de grados de alcohol y cómo impacta en la resaca
Uno de los puntos clave es la diferencia de grados de alcohol. El vino suele tener entre 12 y 14 por ciento de alcohol, mientras que la cerveza ronda entre 4 y 6. Esto significa que, copa por copa, el vino introduce más alcohol en el cuerpo.
Esa mayor carga obliga al hígado a trabajar más rápido. Cuando no logra procesar todo el alcohol, se acumula acetaldehído, una sustancia tóxica que genera dolor de cabeza, malestar general y fatiga. Esa es una de las razones por las que la resaca de vino puede sentirse más intensa.
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Congéneres del vino y su efecto en el cuerpo
Otro factor clave son los congéneres del vino. Estos compuestos se forman durante la fermentación y el envejecimiento. El vino tinto contiene más congéneres que la cerveza, como metanol y otros subproductos que el cuerpo tarda más en eliminar.
Los congéneres están directamente asociados a resacas más fuertes. Inflaman, generan más estrés en el organismo y potencian los síntomas clásicos de la cruda, incluso cuando no se bebió en exceso.
Taninos, histaminas y dolor de cabeza
El vino tinto también contiene taninos y altas concentraciones de histaminas. Los taninos pueden provocar dolor de cabeza en personas sensibles, mientras que las histaminas están relacionadas con congestión, enrojecimiento y migrañas.
Además, el vino aporta flavonoides como la quercetina. Este compuesto puede interferir en las enzimas del hígado encargadas de descomponer el alcohol, lo que hace que las sustancias tóxicas permanezcan más tiempo en el cuerpo y agraven la cruda.
Deshidratación por alcohol y por qué sucede
La deshidratación es otro punto central. El alcohol inhibe una hormona que regula el equilibrio de líquidos, lo que provoca mayor pérdida de agua. Aunque todas las bebidas alcohólicas deshidratan, el vino lo hace con más fuerza por su graduación.
La cerveza, al tener más agua, compensa parcialmente este efecto. Por eso, en la comparación de resaca de vino vs cerveza, el vino suele ganar por nocaut en dolor de cabeza y malestar general. No es solo el alcohol; la combinación de grados, congéneres, taninos, histaminas y deshidratación explica por qué el vino da más cruda que la cerveza. La clave siempre está en la moderación y en escuchar cómo reacciona el cuerpo.
